Manifiesto

MANIFIESTO POR EL DERECHO A AMAR

Las personas y entidades abajo firmantes queremos hacer pública nuestra denuncia del asesinato en Buenos Aires de Octavio Romero, suboficial 1º de Prefectura Naval Argentina. Apoyamos firmemente el Manifiesto elaborado por sus allegados en Barcelona, que han constituido aquí un comité de exigencia de justicia. Asimismo nos solidarizamos de todo corazón con su familia y amistades. Octavio Romero desapareció el sábado 11 de junio. Su cuerpo apareció 6 días más tarde hinchado y desnudo flotando en el río, con golpes que revelaban su asesinato. Octavio en pocos meses se iba a casar con Gabriel, siendo así el primer uniformado en contraer matrimonio homosexual en Argentina.

POR LA JUSTICIA Y LA DIGNIDAD DE OCTAVIO ROMERO

1.-Exigimos a las autoridades argentinas la más firme investigación de este asesinato. Confiamos en que la nueva Argentina, fiel a los Derechos Humanos, dará ejemplo en detener y juzgar a los responsables del homicidio. 2.-Toda América Latina se ve asolada por crímenes de odio por homofobia, especialmente Brasil, México y Jamaica. La resolución y detención de los culpables de la injusta y cruel muerte de Octavio Romero, tras el anuncio de su boda, sería un faro de esperanza y justicia para toda la región. 3.-Proponemos la creación de Comités Octavio Romero en todos los países y ciudades, así como la recogida de firmas de entidades y personalidades apoyando este manifiesto exigiendo justicia. Estas firmas deberán ser entregadas a las autoridades argentinas de cada país, cónsules o embajadores. 4.-El próximo 27 de junio Octavio cumpliría 34 años. Por esta razón, en torno a esta fecha, proponemos concentraciones pacíficas ante embajadas y consulados argentinos para hacer 10 minutos de silencio en su memoria y entregar las firmas recibidas. Las autoridades representantes de Argentina deberían ser invitadas al acto. Sugerimos instalar una foto de Octavio y encender velas a su alrededor e invitar a los medios de comunicación. 5.-Celebramos la reciente resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que ha condenado la homofobia. La diversidad sexo-afectiva es tan natural como el hecho de vivir y tan justa como el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948: “Todas las personas nacen iguales”.